El agresor habría intentado quitarse la vida antes de asesinar a balazos a la víctima y herir de gravedad a otro oficial que permanece hospitalizado. La Justicia investiga si sufría algún trastorno de salud mental.
El hombre que baleó a dos policías y mató a uno de ellos en San Fernando continúa internado bajo custodia mientras la Justicia analiza si puede ser considerado responsable penalmente, ya que su estado mental es parte de la investigación. Según fuentes del caso, se aguardan los resultados de evaluaciones médicas para poder avanzar en la causa.
El agresor, identificado como G.G.C., de 34 años, permanece en el Hospital Cordero de San Fernando. Recibió heridas de bala en distintas partes del cuerpo durante el enfrentamiento y está fuera de peligro. En tanto, el policía herido fue derivado a un centro de salud de la Ciudad de Buenos Aires, donde se recupera y también se encuentra fuera de riesgo.
Voceros judiciales precisaron que G.G.C. no cuenta con antecedentes penales, aunque sí figura en un expediente del fuero civil de San Isidro. Los investigadores sospechan que podría tener un problema de salud mental. Por esa razón, intentaron realizarle un examen médico tras su detención, aunque el chequeo resultó inconcluso porque el hombre seguía desorientado.
Si la situación clínica evoluciona, la próxima semana podría prestar declaración. Mientras tanto, permanece detenido a disposición de la Justicia, que busca establecer si es imputable.
Según la reconstrucción de las autoridades, apoyada en testimonios y en imágenes de cámaras públicas y privadas, el episodio empezó cerca de las 12.30. El agresor mostró conductas erráticas en la intersección de Balcarce y Ruta 202: cruzaba el tránsito, se veía alterado y hasta habría intentado arrojarse debajo de un auto, aunque el conductor alcanzó a esquivarlo. Además, presentaba un golpe en las piernas y un corte en una mano.
Vecinos alertaron a la Policía y, poco después, dos agentes se acercaron para hablar con él. En ese momento, el sargento Luciano Germán Farías se aproximó y le habló de manera tranquila, ofreciéndole ayuda y la posibilidad de pedir una ambulancia.
De repente, el hombre tomó el arma reglamentaria de uno de los policías y disparó contra ambos. Uno de los disparos mató a Farías. Por su parte, el oficial Maximiliano Lescano recibió nueve balazos. Fue trasladado al Hospital Petrona de Cordero con múltiples heridas de bala en las piernas. Según fuentes médicas, las lesiones alcanzaron solamente partes blandas, sin lesiones de mayor gravedad.
La secuencia siguió cuando G.G.C. intentó robar una moto amenazando al conductor con el arma. Como no pudo hacerlo, luego abordó el auto de otro hombre en la zona y escapó unos 400 metros.
Finalmente, tres policías bonaerenses y personal de Gendarmería detuvieron el vehículo y lo redujeron con disparos. El primer parte médico indicó lesiones por arma de fuego en glúteo, pie, mano y clavícula.
El caso está en manos de la Unidad Fiscal de Instrucción Criminal de San Fernando, a cargo de Martín Otero. La causa quedó caratulada como homicidio agravado por tratarse la víctima de un miembro de las fuerzas de seguridad, tentativa de homicidio con el mismo agravante, tentativa de robo y privación ilegítima de la libertad.